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El aumento de las muertes por COVID se suma a las presiones sobre el régimen clerical de Irán

El sábado se registró el mayor número de muertos en Irán por COVID-19 en un solo día por la pandemia, ya que 684 personas sucumbieron a la enfermedad y se confirmaron más de 36.400 nuevos casos.

Este es el quinto aumento de infecciones en Irán y se ve impulsado por la variante delta altamente contagiosa, que ha elevado el número total de casos a más de 4,5 millones y las muertes a 102.000, cifras que incluso los funcionarios de salud de Irán admiten que es una subestimación de la cifra real. Lo peor está por venir, y el viceministro de Salud, Iraj Harirchi reconoció que “las cifras de infecciones y hospitalizaciones se han estabilizado en 14 provincias ... pero se espera que las muertes sigan una trayectoria relativamente ascendente en los próximos días”.

Las personas esperan su turno para recibir la vacuna Covid-19 en un centro de vacunación en el centro comercial Iran Mall en Teherán, Irán, el lunes 9 de agosto de 2021. Hasta ahora, solo 3 millones de personas de la población iraní de 80 millones han recibido ambas dosis de las vacunas. (Foto AP / Vahid Salemi)

Uno de los principales médicos de Mashhad, la segunda ciudad más grande de Irán, declaró que la gravedad de la situación es tal que no hay familias en la ciudad sin un paciente ni alguien que haya muerto en la pandemia. Sin citar estadísticas, dijo que las infecciones y las muertes “son muy altas” y que mueren personas más jóvenes. Los videos de hospitales llenos de pacientes tirados en el suelo o en patios y largas filas en farmacias circulan ampliamente.

Irán, por ahora, el país más afectado del Oriente Próximo, ha sufrido décadas de sanciones estadounidenses que han tenido un impacto devastador en su sistema de atención médica, impidiendo el acceso a medicamentos y suministros para tratar casos de coronavirus, pacientes con cáncer y otras enfermedades mortales. Pero los fraudes, la mala gestión y las ganancias por parte de las compañías farmacéuticas de Irán son amplios, con múltiples informes sobre el acaparamiento y almacenamiento de suministros médicos vitales.

Al igual que sus homólogos a nivel internacional, el Gobierno iraní ha antepuesto las ganancias a las vidas y ha rechazado medidas integrales que garantizarían el cierre de todo el trabajo no esencial, escuelas y universidades. En cambio, ha impuesto medidas parciales a corto plazo que han incluido más recientemente una prohibición de los viajes privados entre provincias hasta el 27 de agosto y un cierre de cinco días de edificios gubernamentales, bancos y tiendas no esenciales que finalizó el sábado.

Solo 5,4 millones de los 85 millones de habitantes de Irán han sido completamente vacunados, con más de 16,3 millones de personas esperando su segunda dosis. Los centros de vacunación están inundados de filas de un kilómetro de personas que hacen cola para recibir sus vacunas, en gran parte importadas de China, Rusia, India, Cuba, Japón y a través de la iniciativa global COVAX. Algunas de estas vacunas pueden ser menos efectivas contra la variante delta. Un estudio realizado por el Centro de Gestión de Estadísticas y Tecnología de la Información encontró que 2.072 iraníes de los 2,85 millones que estaban completamente vacunados en el momento del estudio habían muerto, una tasa mucho más alta que en otros lugares.

En el período previo a las elecciones presidenciales del junio pasado, en medio de una creciente ira popular por la mala gestión de la economía por parte del Gobierno de Rohaní, la pandemia y la falta de vacunas, el tema de la vacunación se politizó profundamente. La llamada facción de línea dura o principalista en torno al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), que responde directamente a Jamenei, lo utilizó como una oportunidad para atacar a la facción en torno al presidente Hasán Rohaní que negoció el acuerdo nuclear con la Administración de Obama que fue suspendido por Trump, y para promover a su candidato favorito, el conservador presidente del Tribunal Supremo Ebrahim Raisi.

Estrangulado por las sanciones de Estados Unidos que suspendieron la importación de vacunas, Jamenei prohibió la importación de vacunas de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, denunciándolas como poco confiables y obligando a la Sociedad de la Media Luna Roja Iraní a rechazar 150.000 vacunas donadas por Pfizer. Uno de los que firmó una carta abierta en enero oponiéndose a la importación de vacunas occidentales fue Bahram Eynollahi, elegido por Raisi com su ministro de Salud.

Mientras varios organismos estatales se comprometieron a producir vacunas nacionales, el intento generalmente ha fracasado ya que solo se ha administrado un millón de dosis de COVIran Barekat después de varios retrasos inexplicables en la producción a gran escala. Esto ha obligado a las autoridades a revertir parcialmente la prohibición de las vacunas occidentales, fabricadas fuera de los EE.UU. y el Reino Unido, y Raisi ha anunciado que se ha finalizado la importación de 30 millones de dosis. Se necesitan otros 60 millones de dosis.

La pandemia ha agravado los problemas económicos de Irán. El Grupo de Acción Financiera Internacional ha incluido al país en la lista negra por no adoptar medidas de transparencia financiera. Casi una cuarta parte de la población joven de Irán está sin trabajo, la inflación anual se acerca al 50 por ciento y la moneda ha caído de 40.000 riales por dólar en 2017 a casi 250.000 en los mercados cambiarios no oficiales de Teherán en la actualidad. Alrededor del 40 por ciento de la población, más de 32 millones de personas, vive por debajo del umbral de pobreza.

Los trabajadores y sus familias se enfrentan a frecuentes cortes de electricidad, mientras que el suministro de agua es irregular en el mejor de los casos, lo que ha obligado a casi 10 millones de personas en varias provincias, incluyendo Juzestán, Markazi y Baluchistán, a abandonar sus hogares y granjas en los últimos ocho años y trasladarse a las grandes ciudades en busca de trabajo, además de dar lugar a las protestas del mes pasado en la provincia de Juzestán, rica en petróleo.

Irán también se ha visto afectada por los incendios forestales que devastaron la región al este del Mediterráneo. Grandes extensiones del bosque en las montañas Zagros que se extienden desde el sur de Turquía hasta el suroeste de Irán han sido destruidos, y el Gobierno no ha hecho esfuerzos serios para combatir el fuego. El CGRI envió aviones y helicópteros de extinción para combatir los incendios en los bosques cerca de Antalya y Mersin en Turquía, causando indignación en las regiones devastadas por el fuego de Irán.

Los trabajadores subcontratados de la industria petrolera estatal de Irán se han declarado en huelga en apoyo de salarios más altos y el fin de la subcontratación que permite a los empleadores evadir el pago del salario mínimo y otros beneficios. La élite gobernante de Irán es muy consciente de que la huelga de los trabajadores petroleros de 1978, en medio de una ola de protestas masivas de trabajadores, estudiantes y los pobres urbanos, fue clave para derrocar al régimen empapado de sangre respaldado por Estados Unidos del sha Reza Pahlavi.

Irán también ha visto una serie de ataques a sus instalaciones nucleares e infraestructura básica, atribuidos a los ataques y sabotajes israelíes.

Son estas condiciones las que llevaron a Raisi a la presidencia con los votos de solo el 30 por ciento de los iraníes después de que el Consejo de Guardianes, a instancias del líder supremo, descalificara a todos menos a siete de los 592 candidatos. Además de sus estrechos vínculos con el CGRI, cuyos partidarios controlan ahora todos los poderes del Estado, Raisi tiene un historial de represión, sobre todo en 1988 cuando, como fiscal adjunto de Teherán, ordenó la ejecución masiva de miles de presos políticos.

Pero todas las facciones de la burguesía iraní ven la reanudación del acuerdo nuclear de 2015, conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés), y el levantamiento de más de 1.600 sanciones que han apuntado a las exportaciones de petróleo de Irán como una salida al problema económico, la crisis social y la política que enfrenta el país. Teherán detuvo las negociaciones en Viena, a la espera de la toma de posesión de Raisi a principios de este mes. Raisi ha expresado su apoyo al JCPOA, pero ambas partes siguen estando muy separadas.

Además de presionar a Teherán para que reduzca su programa nuclear, se informa que Washington está tratando de obtener más concesiones sobre su programa de misiles convencionales, además de exigir que ceda su influencia en Oriente Próximo, doblegándose a la búsqueda de la hegemonía de los Estados Unidos.

Es por esta razón que Teherán se ha abstenido en gran parte de comentarios incendiarios sobre la debacle de Estados Unidos en el vecino Afganistán, con la esperanza de aprovechar el colapso del régimen títere de Washington en la mesa de negociaciones. Mientras Raisi dijo que la retirada de Estados Unidos equivalía a una “derrota militar”, prometió que Irán, que alberga a unos tres millones de refugiados, buscará garantizar la estabilidad en el país.

Teherán alentaría a “todos los grupos de Afganistán a llegar a un acuerdo nacional”. Añadió: “Mientras monitorea conscientemente los desarrollos en el país, Irán está comprometido con las relaciones de vecindad”, lo que implica que Teherán reconocería un Gobierno liderado por los talibanes en el país.

De manera similar, Irán había tratado de evitar una escalada de la guerra marítima encubierta de Israel contra Irán, dirigida al menos en parte para socavar cualquier reanudación del JCPOA. Sin embargo, una vez que el Wall Street Journal y el New York Times revelaron los ataques de larga data de Israel contra buques iraníes a principios de este año, Irán no tuvo más opción que montar una ofensiva naval dirigida a los buques mercantes vinculados a Israel. Esto culminó con el ataque “suicida” con un dron en MV Mercer Street que mató al capitán rumano y al oficial de seguridad británico hace tres semanas.

En un intento por impulsar aún más su posición negociadora, Raisi dijo: “Nuestra política exterior no se limitará al acuerdo nuclear… Tendremos interacciones con el mundo. No vincularemos los intereses del pueblo iraní con el acuerdo nuclear”, lo que indica que quiere fortalecer aún más los lazos con Rusia y China, en línea con la política de Teherán de” mirar hacia el este”.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 22 de agosto de 2021)

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