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Informe laboral estadounidense: 11.000 empleos destruidos en la industria automotriz estadounidense en enero

La economía estadounidense destruyó 11.000 empleos en la industria automotriz y en la fabricación de partes de automóviles en el mes de enero, según el informe mensual del Buró de Estadística Laboral publicado la semana pasada. Esto representó casi todos los 12.000 empleos perdidos en el sector manufacturero en su conjunto. A lo largo de los 12 meses pasados, 24.000 empleos han sido eliminados en la industria automotriz, según el informe del buró.

Las cifras de enero muestran que la sangría de empleos en la industria automotriz sigue su curso sin parar después del sabotaje del sindicato United Auto Workers a la huelga en General Motors el otoño pasado. El sindicato, que está inmerso en un enorme escándalo de soborno y corrupción que ha implicado a gran parte de sus más altos dirigentes, impuso un contrato entreguista después de aislar la huelga que ratificó el cierre de cuatro instalaciones de la GM. Una quinta, la Detroit-Hamtramck Assembly, está previsto que quede ociosa durante 18 meses a partir del final de febrero.

La línea de ensamblaje en la planta Ford Rouge en Dearborn, Michigan (Fuente: Foto AP/Carlos Osorio, Archivo)

La traición del sindicato a la huelga de GM allanó el camino a acuerdos claudicantes parecidos en Ford, que cerrará su planta Romeo Engine en Michigan en 2022, y en Fiat Chrysler, cuya planta Marysville Axle puede que cierre el año que viene.

Mientras General Motors está llevando a cabo horas extras obligatorios en muchas plantas para compensar la producción perdida por la huelga, Ford y Fiat Chrysler están llevando a cabo despidos temporales y cierres de plantas en todo el país. Ford anunció recientemente despidos temporarles en la planta Chicago Stamping Plant en Chicago Heights, Illinois, y está recortando horas en su planta Chicago Assembly Plant en la parte sur de Chicago.

Fiat Chrysler (FCA) ofreció adquisiciones a 3.900 trabajadores en su planta Belvidere Assembly a fines de enero, alimentando temores de que la planta esté preparando cerrar definitivamente. La compañía despidió a 1,371 trabajadores en mayo pasado después de recortar un turno en la planta.

Los fabricantes de automóviles y abastecedores tanto estadounidenses como extranjeros se encuentran en medio de una purga de empleos en respuesta a una desaceleración en la industria global y para prepararse para la introducción de vehículos eléctricos y que se conducen solos, que requieren mucho menos trabajo. General Motors terminó la producción en su planta Oshawa en Ontario, Canadá, en diciembre, y Ford despidió a 400 trabajadores en su planta en Oakville, Ontario, la semana pasada.

Ford anunció en 2019 que cerraría plantas en toda Europa, incluyendo una fábrica en Blanquefort, Francia, tres fábricas en Rusia más adelante ese año, y su planta de motores en Brigend, Gales, en el Reino Unido, en 2020. Esto fue además del recorte de 7.000 empleos de cuello blanco anunciado el año pasado. La compañía, ya estresada por los inversores y las agencias de solvencia crediticia para apresurar el ritmo de su programa de "idoneidad global", ha sido arrojada ahora a una profunda crisis por sus desastrosos resultados financieros de 2019.

En Alemania, Volkswagen anunció planes para recortar 20.000 empleos en Alemania. El sindicato IG Metall ha manifestado su disposición a apoyar estos recortes, y también está ayudando a Daimler, la compañía matriz de Mercedes-Benz, para destruir 10.000 empleos en Alemania para finales de 2022.

Aunque decenas de miles de trabajadores automotores ya han perdido el trabajo en los Estados Unidos y Europa, el grueso de los despidos del año pasado tuvo lugar en la India (350.000) y en China (220.000). Las ventas de automóviles en China, que habían experimentado décadas de crecimiento ininterrumpido para llegar a ser el mayor mercado de automóviles del mundo, sufrió su primer declive en una generación en 2018, debido en buena medida al impacto de las medidas de guerra comercial de la administración Trump.

El estallido del coronavirus, que ha causado cierres de planta extendidos en la "ciudad del motor" de China, Wuhan, ha causado estragos en las cadenas de suministro globales de la industria automovilística. La administración Trump está intentando utilizar esta crisis de salud pública para presionar a las compañías para que cambien a proveedores de fuera de China. "El hecho es que les da a los negocios una cosa más que considerar cuando repasan su cadena de suministro", le dijo a Fox News al Secretario de Comercio Wilbur Ross. "Así, creo que ayudará a acelerar el regreso de los empleos a Norteamérica".

De manera más amplia, el informe laboral de enero señala a un estancamiento económico continuado con el que se confrontan los trabajadores estadounidenses. Apenas 225.000 nuevos puestos de trabajo se añadieron a la economía estadounidense en enero según la publicación mensual Situación de Empleo del Buró de Estadísticas Laborales (BLS) de los EEUU hecho público el viernes pasado, comparados con los 304.000 añadidos en enero de 2019.

La mayoría, un total de 144.000 empleos, fueron añadidos en sectores industriales primariamente de salarios bajos y precarios. El desempleo subió levemente al 3,6 por ciento, todavía levemente inferior a enero pasado, cuando estaba en el 4,0 por ciento. Sin embargo, desde hará una década la tasa oficial de desempleo, que no considera a los subempleados o a los que están desanimados para buscar trabajo, ha estado subestimando de manera grosera el estado actual del desempleo. El número de los desempleados de larga duración (sin trabajo desde hace 27 semanas o más) y los que han dejado de buscar empleo está aumentando, desde el 19,3 por ciento del total de desempleados en enero de 2019 al 19,9 por ciento del total de desempleados en enero de 2020.

Los salarios subieron apenas $0,07 la hora a una media de $28,44. Sin embargo, esta cifra enmascara la creciente desigualdad de ingresos. Alrededor del 44 por ciento de los trabajadores estadounidenses ganan salarios bajos de menos de $16.00 la hora. Los trabajos por salarios bajos dominaron el crecimiento del empleo en enero. El trabajo en la construcción subió 44.000 empleos, el ocio y la hotelería 36.000, y el transporte y almacenes 28.000.

El BLS también informó de que el año 2019 fue testigo del mayor número de importantes paros en el trabajo (huelgas) en los EEUU de cualquier año de la década pasada. Hubo 425.000 trabajadores que participaron en huelgas, la mayoría en el sector de la educación. La huelga más larga, con 29 días laborales perdidos, fue la huelga de los trabajadores de General Motors de septiembre a octubre. La destrucción sistemática del empleo manufacturero mejor pagado y su remplazo por empleo precario y mal pagado es uno de los muchos factores que alimentan en crecimiento de la oposición al capitalismo entre los trabajadores estadounidenses.

La creciente oleada huelguística en los EEUU es parte del resurgir de la lucha de clases a nivel mundial, en las Américas, en Asia, Europa y África. La lucha contra el régimen de las corporaciones y por la protección del empleo requiere una estrategia que vincule todas estas luchas de trabajadores de base bajo un programa internacional y socialista, en contraste con el nacionalismo favorable a las corporaciones de los sindicatos de todos los países.

(Publicado originalmente en inglés el 12 de febrero de 2020)

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